El mantener un matrimonio feliz es todo un reto que requiere dedicación y buena voluntad para derrotar al mayor enemigo: la falta de comunicación.
La ruptura de la comunicación es la responsable de las crisis en el matrimonio. Esta ruptura se manifiesta de forma abierta cuando el trato y el diálogo dejan de existir. O puede aparecer de forma velada cuando se continúa la relación a base de monosílabos. En todo caso lo que se pretende es que estos momentos de desacuerdo conyugal (normales por otra parte en la convivencia matrimonial) sean transitorios y leves.
Por otro lado, la infelicidad en el seno del matrimonio está ligada, tradicionalmente, al aburrimiento o habituación, como lo definen los sexólogos, debido a que desaparece el factor sorpresa y la capacidad de seducción. Sin embargo, en los últimos años ha repuntado lo que se conoce como cultura del romanticismo como otro de los principales motivos de esta insatisfacción sentimental. Es decir, la excesiva idealización del amor, que lleva a expectativas irrealizables.
¿Qué hacer?
Tiempo de oro
Dedíquele tiempo al otro, pero no confunda la calidad con la cantidad.
Oír y escuchar
Cuando él-ella le hable, no se limites a oír, deje de trabajar, o deje el periódico a un lado, mírelo a los ojos. Él o ella se enterará de que le escucha.
Como novios
Mantenga viva la ilusión del primer día de noviazgo. Conquístele a diario. Preocúpese de su arreglo personal.
La importancia de las celebraciones
Recuerde las fechas importantes. ¡Si las celebran juntos, mejor!
Un beso al despedirse
No olvide despedirse antes de salir. Un beso todos los días es una práctica muy recomendable.
Con la verdad por delante
Sea siempre sincero, pero no lo manifieste de forma desagradable en ningún momento.
De cara al futuro
Haga planes que le ayuden a mejorar el presente.
Salidas frecuentes
Salga con su cónyuge con alguna frecuencia. No se limite a “sacar” a su mujer de casa, preocúpese de “salir con ella” a algo que le agrade.
“Quiero estar contigo”
Prefiera a su cónyuge ante que las amistades, demuéstreselo a menudo.
Buenos recuerdos
Recuerde con frecuencia los momentos felices compartidos por los dos.