Estamos en tiempos difíciles en donde la palabra ha perdido su significado real; vamos ahora de la palabra a los hechos, que es la forma más clara de motivar e impulsar al cambio.
La obesidad infantil es un problema real en nuestra nación y en nuestro estado. Como padres tenemos la responsabilidad de poner atención a este problema y contribuir con la educación para que estas estadísticas bajen, especialmente en nuestra comunidad.
Es redundante hablar de las causas de la obesidad, las sabemos e identificamos, pero preferimos pasarlas por alto, o más bien nos ufanamos declarando que nuestros pequeños toman porciones grandes de alimentos como un triunfo a nuestro esfuerzo de alimentarlos bien. ¡Que aseveración más alejada d la realidad!
Es hora de actuar: estimulemos a nuestros hijos a practicar deportes escolares, y no solo eso, sentemos en las gradas mientras ellos se desempeñan, como señal de interés y apoyo a lo que están haciendo. Durante la práctica seamos también actores, sonriamos, animémoslos, echémosle porras, integrémonos al equipo. Vayamos preparados: llevando aperitivos saludables, como frutas, yogurt y queso, cambiemos la forma tradicional de consumir caramelos, golosinas, papitas, pasteles y bebidas azucaradas.
Hay estudios convincentes que nos muestran que los padres que tienen hábitos saludables, tanto en alimentación como en actividad física, tienen un mayor impacto en las costumbres que sus hijos van a desarrollar, que aquellos que no lo hacen. Es más, no necesitan decirles, ordenarles, premiarles, chantajearles o ejercer su autoridad para que elijan alimentos saludables. Si necesitara algo rápido busque plátanos, manzanas, zanahorias, galletas de granos enteros y barras de cereal que son sabrosas y proveen una buena nutrición.
Si usted se sirve los alimentos en la mesa con la familia, e incluye en sus comidas frutas, verduras y bebidas como el agua y la leche, la hora de la comida será mucho más placentera, fortalecerá, las relaciones interpersonales, y dará ejemplo de tener hábitos nutricionales adecuados.
Recuerde que una actitud dice mucho más que muchas palabras. Ayudemos a nuestros hijos y bajemos los números en obesidad infantil.
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